Tres, dos, uno...
2016
                                


Tres, dos, uno... es una medida de tiempo ante una acción inmediata. Una cuenta atrás que se realiza ante un hecho inminente, una acción. Marcamos un tiempo breve y arbitrario. Un impasse temporal, donde todo se detiene para aunar fuerzas buscando la concentración en un objetivo, buscando un impulso extra, generando energía.Las simples acciones buscan la mirada crítica en la propia experiencia sobre lo temporal, sobre el momento, lo instantáneo, o inmediato. Un mural fragmentado en 50 explosiones; serie de dibujos que quieren ser la huella de lo que pasa, de lo que no está en reposo; realizado con grafito principalmente, genera una energía multiplicadora. La acumulación, el orden y la repetición buscan potenciar el impulso,  ser un acontecimiento visual dinámico. Una explosión se asocia, casi inmediatamente, con algo negativo, a una imagen de destrucción, pero objetivamente, es una liberación repentina de energía que genera una onda de presión que se desplaza, alejándose mientras se va disipando. Una referencia irónica a la iconografía pop, una luctuosa reinterpretación de las explosiones de Liechtenstein donde celebraba ese boom del sistema capitalista y tecnológico de la sociedad industrial. Ahora que la obsolescencia de éste está demostrada

ESPECTADORES DE LA EXPECTACION.
Juan Carlos Gea. 
Asturias 24.
Una cuenta atrás es la medida de la expectación. Igual que el conteo progresivo se invoca silenciosamente para calmar un ataque de impulsividad o un estallido de ira, el tanteo regresivo alimenta la excitación ante el acontecimiento. Un Tres, dos, uno... que tiene algo de salmodia infantil pero cuyos puntos suspensivos encierran el verdadero juego de la artista. Esa sobria seriación de elementos que en la escritura representan tan gráficamente el tiempo de la incertidumbre, la inconclusión y la espera.
El tiempo que precede a la acción, al estallido. Porque toda cuenta atrás, de un modo u otro, es una acción agazapada que pregura eso. Un estallido. Todo lo que contiene Tres, dos, uno... es pintura hecha tiempo, acto de pintar convertido en una unidad de medida de la experiencia y en la paciente documentación de esa experiencia.
La que acompasa una potencia plástica sustentada en la disciplina del arte gráfico con un concepto siempre sutil y bien ajustado a la forma y, a su vez, con el tiempo (esta vez el tiempo histórico) en que se vive, con sus violencias, sus miserias, sus frustraciones... y sus expectativas de un cambio que no pocos vamos
Geometría impura. El lenguaje es, como siempre en Centol, mestizo: el resultado de la unión entre una geometría mancillada, impuriada, a base de ser manipulada, traída al mundo, y una materia viva, tangible, casi ruda, enfriada y sutilizada por la reflexión: una instalación/intervención –Explosión’– hecha a su vez de explosiones: una explosión de explosiones, una metaexplosión atemperada, meditativa, pero de enorme poder plástico.


Acontecimiento. 2013